Este es el primer post de un conjunto de temas relacionados que vamos a estar compartiendo próximamente, como parte de un proyecto personal de capacitación.
El marketing conlleva toda una serie de actividades presentes en la mayoría de nuestras vidas. Como concepto general, podemos decir que se trata de actividades cuyo objetivo es satisfacer las necesidades y aspiraciones de los mercados a cambio de un beneficio o rentabilidad para las empresas existentes o compañías que hacen uso de él, razón por la cual nadie duda de que el marketing es necesario y vital para lograr el éxito de una empresa, compañía, organización o, en general, del mercado actual.
Según la American Marketing Association (AMA), el marketing se refiere a la actividad, un conjunto de instituciones y procesos para crear, comunicar, entregar e intercambiar ofertas que tienen valor para los consumidores, clientes, socios y la sociedad en general.
El Dr. Philip Kotler, considerado el padre del marketing moderno, lo define como la ciencia y el arte de explorar, crear y entregar valor para satisfacer las exigencias o requisitos de un mercado objetivo, por obtener un beneficio. El marketing identifica las necesidades insatisfechas e intenciones, define, mide y cuantifica el tamaño del mercado identificado y el potencial de ganancias, señala qué segmentos de la compañía es capaz de servir mejor y diseña y promueve los productos y servicios adecuados.
Sobre el marketing, es importante no confundirlo con la publicidad, aunque se sirve de esta, así como de otras disciplinas o técnicas empresariales para realizar análisis y proveer resultados.
El marketing entiende el consumo cómo un proceso de doble sentido, esto es, como un intercambio recíproco de bienes y servicios entre los diferentes actores sociales que conforman una sociedad determinada. De este modo, sus intereses tienen que ver con la facilitación de este intercambio.
En lo que se refiere a su funcionalidad, el objetivo del marketing es conducir al cliente hasta el límite de la decisión de compra, esto es, intenta acercar al cliente tanto como sea posible a la acción de compra, facilitando el proceso de toma de decisiones mediante la visibilización, la conducción y otras estrategias. Favoreciendo así el intercambio económico entre comprador y vendedor.
Ello implica que el objetivo final del marketing sea el beneficio y la satisfacción de ambas partes. De hecho, la satisfacción es fundamental en el intercambio económico, y es la base del sistema de consumo contemporáneo. Si el consumo no es satisfactorio para alguna de las dos partes, no se produce de nuevo y el cliente se pierde ante la competencia.
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